Basta encender el televisor o leer el diario para darnos cuenta de la cantidad de problemas que nos rodean: desempleo, pobreza, escasez de alimento, deterioro del ecosistema y un sin número de cosas más. Vamos al trabajo y los problemas continúan: baja productividad, poca colaboración en tu grupo, desorganización, etc. Además de lamentarse por la situación, alguna vez se han planteado: Cómo puedo ayudar a superar estos problemas? Si estás leyendo este artículo, es porque eres de los que cree que puede hacer la diferencia, que puede aportar algo más para mejorar su entorno. Pues felicitaciones, has dado el primer paso y lo que estás buscando es: Innovar.
Manuel Jalón Corominas define la Innovación como la acción de mejorar algo ya existente, más no crearlo. Ante las diversas eventualidades que se puedan presentar la opción que permite obtener beneficios a corto plazo es la innovación; mientras que la invención los genera a largo plazo. Este inventor aplicó su definición a la creación de productos, pero sin duda su metodología tiene un alcance mucho mayor.
La Innovación puede ser aplicada a la mejora de productos, servicios o métodos. Se puede ejecutar a pequeña y gran escala; es decir que una persona puede innovar desde su casa, empresa, vecindario o inclusive país. Al agregar la palabra “Social” el concepto aterriza un poco más y nos indica que está enfocado a la mejora de la comunidad.
La Innovación Social reúne un conjunto de estrategias creativas, con el propósito de solventar un problema de la sociedad, el cual no ha logrado ser resuelto por entidades públicas o privadas,ni tampoco por iniciativas particulares.
Es importante que la solución al problema o reto planteado no sea temporal, sino perdurable en el tiempo. El proceso de Innovación puede iniciarse por una persona común, una ONG o por una empresa privada, no se tiene restricción de ningún tipo para comenzar a innovar. Sin embargo para que una idea se convierta en un proceso de Innovación Social, debe cumplir el siguiente plan:
- Identifica el problema que afecta a la comunidad. No necesariamente debe tratarse de algo tangible, es decir puede ser la reparación de un puente; como también la reintegración de las personas en situación de exclusión social.
- Imagina la respuesta del problema. La imaginación es lo que marca la diferencia en los proyectos más exitosos,ya que en ocasiones las ideas más locas y creativas son las que efectivamente llevan a mejor fin. Busca colaboradores, recuerda que todos tienen una cualidad importante que puede aportar de manera positiva al desarrollo del plan.
- Una vez que se tenga una estructura de trabajo para lograr el objetivo, es importante poner el plan a prueba para que así se puedan identificar puntos débiles y reforzarlos antes de poner en marcha el proyecto.
- Ahora visualiza el proyecto a futuro, una vez que el plan arranque, ¿cómo va a continuar su curso?, ¿cuáles serían las personas a cargo?, ¿qué cantidad de ingresos necesita para funcionar? Una vez que la idea sea autosuficiente podría inclusive migrar a otras ciudades o países para ayudar a mucha más gente.
- Ahora que has puesto tu plan en marcha, con miras a dar solución a un reto social específico, da a conocer tu proyecto. Entra en contacto con otras personas que persiguen el mismo propósito, pues de este modo puedes aprender nuevas estrategias que pueden servir para mejorar tu proyecto, mejorar sus impactos, identificar otros nuevos o inclusive iniciar otras propuestas nuevas vinculadas a tu propuesta inicial.
Si bien la Innovación Social resuelve los problemas de la comunidad, el impacto más significativo que tiene es el cambio que genera en las personas, porque las obliga a pensar más allá de sus limitantes y a tener la confianza de que una idea “descabellada” puede convertirse en un gran proyecto; formando así personas más seguras y sociedades más fuertes.
Esta es la base de la formación en la metodología Solución Creativa a Problemas Sociales (SCPS) testada desde Jovesólides a través de la Red Creactiva. Este método pone a prueba a nuestros/as jóvenes en las acciones formativas de Laboratorios de Emprendimiento Social, y a técnicos de juventud y de administraciones públicas desde los Laboratorios de Innovación Social, trabajando desde dinámicas y juegos creativos, con un reto entre manos y el objetivo de encontrar soluciones creativas que puedan facilitar procesos sociales, donde las personas se vean beneficiadas.
Partimos de la creatividad y capacidad individual de cada uno, de cada una, para construir de forma colectiva propuestas a pequeña escala que pueden posteriormente convertirse en grandes soluciones, en grandes innovaciones sociales.