“A veces, muchas veces, las ideas locas solucionan problemas sociales”

El pasado sábado, 3 de junio Jovesólides impartió un taller en el Centro de Formación Juvenil de Alfafar. El objetivo principal era que los y las jóvenes asistentes descubrieran el emprendimiento social, otras formas de pensar, otras formas de hacer… En definitiva, claves para fomentar la participación juvenil y su compromiso social con el mundo en el que viven. Mucho para un tiempo limitado de dos horas, pero suficiente para “despertar ganas de más”.

Este taller se realizó dentro de un curso que desarrolla actualmente el Centro juvenil de la localidad valenciana, bajo el título ‘Participación: iniciativas, asociacionismo y emprendimiento social’. Una oportunidad para descubrir, aprender y compartir desde la colectividad, y al mismo tiempo para impulsar y fortalecer un activismo social de las generaciones más jóvenes.

Isabel Quiles, una de las participantes en la jornada destaca como muy importante “llamar a la unión de los jóvenes”. Esta psicóloga señala que su principal interés en acudir a este tipo de formaciones es porque tiene ganas de participar del cambio. “Colaborar con mi comunidad, y dar soluciones, sobre todo a temas desafortunadamente vinculados a la juventud, como el desempleo”.

En el taller, caracterizado por un intenso dinamismo y practicidad, se recogieron todas las voces de los y las asistentes. “Todas las ideas cuentan”, no deja de repetir Jorge Galán, técnico de proyectos de Jovesólides, a medida que avanza en su exposición. “Porque de cada idea aprendemos, y puede ser transformadora de una realidad que deseamos mejorar”. Galán insiste, “a veces, muchas veces, las ideas locas solucionan problemas sociales”.

Durante dos horas comunicación, creatividad y una interacción constante son el mejor acompañamiento para dibujar un lenguaje común y así poder llegar a acuerdos, algo que los y las asistentes consiguen por ejemplo, a través de la visual técnica del prototipado. Ésta entre otras, no impiden que el tiempo se consuma, pero transcurre de forma productiva. “Me ha encantado porque se trata de una formación guiada, pero no dirigida. No te dicen qué pensar, tú decides qué pensar”, afirma Anabel Mariano, maestra de profesión.

Anabel, que también es coordinadora del proyecto juvenil de Alfafar, señala que para ella esta es una fórmula perfecta para afrontar los problemas sociales, como por ejemplo el absentismo escolar, uno de los más preocupantes en la localidad. “El sistema no fomenta la creatividad, y por ello es necesario encontrar nuevas vías”, subraya su compañera, Isabel Quiles.

La formación llega a su fin, pero parece que el concepto de emprendimiento social les suena más próximo, es más atractivo, observan su utilidad y no parece demasiado complejo de aplicar. Tras la sorpresa, han descubierto o redescubierto que aquello de “como no podía ser de otra manera”, no es tan así. A partir de ahora saben que siempre puede ser de otra manera. Un ejemplo perfecto para ilustrar esto es la orquesta Cateura, en Parguay.

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