Desde Jovesolides, hablamos con José Vicente Soler Gironés, el Director General de Economía Sostenible de la Generalitat Valenciana, para que nos cuente los cambios que se han producido en esta legislatura en materia de compromisos sociales, económicos y ambientales y para que nos acerque la nueva realidad del paradigma económico que van a vivir las empresas en los próximos años gracias a los acuerdos que se han realizado a nivel de reporting de sostenibilidad y debida diligencia en la Unión Europea.
– ¿Qué es el reporting de sostenibilidad? ¿Qué aportaría a los actores del ecosistema corporativo valenciano la implementación de esquemas de reporting de sostenibilidad?
JVS: El reporting de sostenibilidad es el documento que las empresas tienen que elaborar para informar en materia de sostenibilidad a sus proveedores, clientes y a la sociedad en general. Los documentos que deberán realizar se llaman memorias de sostenibilidad y responderán a la sostenibilidad ambiental, económica, de gobernanza y social. Se trata de un instrumento de estrategia equivalente a un estudio de mercado. Esto deberá formar parte del cuadro de mandos de cada empresa en un futuro inmediato. La aportación que hace el reporting de sostenibilidad está reglamentado en el cumplimiento de la normativa Ley 11/2018 en el ámbito del Estado y en la Ley 18/2018 de fomento de la Responsabilidad Social de la Generalitat Valenciana.
Lo que aporta es el análisis de la doble materialidad, es decir, mediante el reporting de sostenibilidad, la empresa obtendría la respuesta de cómo le afecta el cambio climático o las desigualdades económicas y también de cómo la empresa impacta a todos estos riesgos climáticos, sociales y económicos. Es un instrumento de análisis de riesgos que permite a las empresas posicionarse de manera favorable en las cadenas de valor. En definitiva, es una palanca para el crecimiento económico clave para la sostenibilidad climática.
– ¿Qué hay de aquellos discursos que contraponen el reporting de sostenibilidad a la competitividad empresarial? ¿Cuánto tiene esto de mito? ¿Es compatible la competitividad empresarial y la aplicación de esquemas de reporting de sostenibilidad?
JVS: De mito podría haber tenido algo en un pasado. Sin embargo, como consecuencia de las normativas europeas, que se aprobaron en noviembre de 2022, en materia de sostenibilidad, que debe ser transpuesta a España, lo que sucederá es que ampliaremos las exigencias que ya están en vigor. Hay toda una serie de normativas que van a exigir mucho a las empresas para determinar sus niveles de sostenibilidad. Podemos discutir si el indicador para medir la sostenibilidad es bueno o malo pero el avance es increíble. El alcance y la amplitud de las normativas es de tal calibre, que hoy en día, decir que eres una empresa sostenible va a implicar que has hecho análisis muy exigentes.
Yo creo que va a permitir pensar que hay posibilidades de que determinados cambios económicos se sustancien en términos de sostenibilidad. Va a ser difícil hacer ‘greenwashing’ por las exigencias de transparencia y, por tanto, el debate para mí avanza para saber si los diferentes indicadores son los correctos. Si asume el coste quien genera el daño, probablemente, quiera arreglar el problema.
– ¿Qué buenas prácticas de reporting de sostenibilidad existen en el ecosistema empresarial valenciano?
JVS: El reporting de sostenibilidad es una posición más favorable a la hora de interactuar en cadenas de valor. Constituye una muestra clara de que las empresas forman parte de la solución ante los retos climáticos, sociales y de gobernanza. En una visión reciente, ante estos retos, y fruto de la Agenda 2030, las empresas son parte de la solución por lo que les afecta legalmente y porque se les otorga un papel relevante para el cambio social. Se deben generalizar las buenas prácticas, deben servir de ejemplo para que más sectores se alineen en clave de sostenibilidad. El objetivo es que aquellas que lo deban hacer, se basen en los ejemplos de otras y que todas se acaben posicionando en términos de sostenibilidad. Desde la Dirección General, hemos puesto a disposición del tejido empresarial instrumentos de diagnóstico y reporte.
– ¿Qué instrumentos ha desarrollado la Conselleria de Economía Sostenible durante estas dos legislaturas para impulsar o promover la implementación de estos esquemas del reporting no financiero?
JVS: Cada centro directivo ha implantado instrumentos como ayudas públicas, fomento de planes de comercio sostenible o sacar diferentes créditos o ayudas para considerar subvencionables ciertos proyectos de sostenibilidad. Desde la Dirección General de Economía sostenible hemos puesto en marcha el Registro de Entidades Valencianas Socialmente Responsables, gracias al Decreto 200/2022 del Consell de 20 de Noviembre de 2022, que permite a la empresa o entidad hacer una autoevaluación para conocer los niveles de sostenibilidad de la misma. Además, hemos establecido indicadores como el análisis de la brecha de género o la autoevaluación de la huella de carbono. Hay alrededor de 120 indicadores según el tamaño de la empresa y hemos delimitado unos niveles mínimos para otorgar este registro.
– ¿Qué papel tienen los esquemas de diligencia debida de derechos humanos, medioambientales o de derechos laborales en las cadenas de valor cuando hablamos de reporting de sostenibilidad?
JVS: La debida diligencia es consecuencia del análisis de doble materialidad. Proviene de acuerdos adoptados en el marco de la ONU y, seguidamente, de la OCDE. El 1 de junio fueron aprobadas las enmiendas de la futura directiva de la Unión Europea en materia de diligencia debida. Han sido aprobadas estas enmiendas por parte del Parlamento Europeo, y ahora se establecerá un trílogo entre Comisión, Consejo y Parlamento para la aprobación final de la directiva. La debida diligencia exige a las grandes empresas analizar, estimar, evaluar, mitigar y reparar los daños en materia de Derechos Humanos y medioambiente que hacen dentro de su cadena de producción mundial. Esto permitirá que se conozca cuál es su cadena de aprovisionamientos de forma global. Se trata de un papel estratégico. Es un cambio extraordinariamente relevante. Con esta normativa, se pretende armonizar legislaciones que ya están en vigor en diferentes países de la Unión Europea como Alemania, Francia o Dinamarca. Los estados deberán trasponer estas directivas e incluso ampliar el alcance de las mismas.
– ¿Qué papel ha jugado esta Conselleria en la promoción, implantación, o apoyo a las diferentes iniciativas –incluyendo provisiones legales– tanto de la UE como de la OCDE en cuanto a reporting de sostenibilidad y debida diligencia en sectores estratégicos de la economía valenciana como pueden ser el textil, el agrícola, o la industria automovilística, entre otros?
JVS: En debida diligencia, hemos interpelado a cuatro instituciones del Tercer Sector valenciano para otorgarles una línea nominativa a su favor y para que coordinen las acciones a desarrollar. Las instituciones o entidades con las que hemos elaborado este acuerdo en favor de la sostenibilidad son la Universitat Jaume I, Cruz Roja, la Fundación Primero de Mayo y el Consejo de Cámaras de la Comunitat Valenciana. El objetivo es que desarrollen en 2023 un plan de acción sobre qué significa la debida diligencia en materia de derechos humanos y medioambiente.
Es un concepto que ya existe pero hemos tratado de anticiparnos a la futura normativa y a las futuras exigencias en esta materia. Con el acuerdo realizado con las cuatro entidades queremos también conocer cómo pueden verse afectadas las PYMES y cómo las PYMES valencianas deberían de anticiparse en materia de reporting y análisis de riesgos. De esta manera conoceremos las condiciones ambientales, laborales y económicas de cada una de las empresas. Estamos dando los primeros pasos en un campo que nos otorgará un avance tremendo a nivel económico y de sostenibilidad.
La innovación social está presente en casi todos los campos en los que la sociedad avanza ya que necesitamos de la implicación de las personas para progresar como conjunto. Las empresas también están conformadas por personas que son las que se deben encargar, por voluntad o por ley, de dejar un legado de un mundo más sostenible y habitable.
Por ello, anticiparse al futuro es un paso inteligente para poder caminar pensando en un entorno que proporcione un conglomerado de empresas más responsables socialmente hablando y que estén preocupadas por sus emisiones al medioambiente para poder conformar una sociedad más limpia y sostenible.
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